Vaya que en algunos casos, debemos consultar más de una opinión, si es que tenemos alguna duda sobre el desarrollo físico y psicológico de nuestros hijos, esto me queda claro luego de conocer el caso de Kirk Andrew Murphy, un niño al que sus padres sometieron al The Sissy Boy Experiment ('el experimento del niño mariquita'), en la década de los 70, sufragado con fondos públicos y desarrollado en la Universidad de Californa (UCLA), que trataba de 'corregir' el comportamiento afeminado de los niños.
Dinos: ¿Qué opinas de la historia de Kirk Andrew Murphy?
La historia, presentada en el programa 360° (CNN), por el periodista Anderson Cooper, narra cómo en su momento, el caso de Kirk, fue considerado un éxito, sin embargo, a los 38 años de edad, sumido en la depresión, Kirk se suicidó.
La triste historia...
En 2003, a los 38 años de edad, Kirk Andrew Murphy fue encontrado por un compañero de trabajo colgado de un ventilador en su departamento de Nueva Delhi (India), donde trabajaba para una empresa financiera estadounidense.
Su familia ha investigado las causas de su muerte, pues les sorprende que Kirk, quien parecía tener un futuro prometedor por delante, haya tomado la decisión de quitarse la vida; sus hermanos han llegado a la conclusión de que quizás se debió a las terapias a las que éste se vio sometido cuando era un niño para 'corregir' su comportamiento afeminado.
La historia comienza en los años 70, cuando Kirk Murphy era un brillante chico de cinco años que vivía en Los Ángeles. Era el segundo de tres hermanos, Mark de ocho años y su pequeña hermana Maris, un bebé de nueve meses.
Kaytee Murphy, madre de Kirk, lo recuerda como un niño sumamente dulce, pero con un comportamiento que 'le preocupaba', pues a su hijo le gustaba jugar con muñecas y juguetes para niñas, le gustaba dejarse el cabello largo y empezaba a mostrar un comportamiento afeminado.
Tal conducta hizo que la señora Murphy apuntara a su hijo en un programa de la universidad de California (UCLA), financiado por el Gobierno sobre una 'terapia experimental', con la cual pretendía "cortar el problema de raíz", para que su hijo fuera capaz de "llevar una vida normal".
Kirk, quien durante la terapia fue llamado 'Kraig' por George A. Rekers, en ese entonces un estudiante de doctorado, concluyó su terapia y según el estudio, publicado posteriormente sobre su caso, en una revista académica, señalaba que el comportamiento femenino había desaparecido y que "no se podía distinguir de cualquier otro niño".
Ratoncillo de indias
Uno de los experimentos a los que Kirk fue sometido en la UCLA consistía en que le colocaban dos mesas: en una había juguetes y disfraces considerados masculinos y en otra femeninos, según los terapeutas, los padres debían premiar a su hijo si éste elegía los objetos de niño, pero en caso contrario debían ignorarlo, cuando esto sucedía el pequeño Kirk lloraba desconsolado, reclamando la atención de su madre, quien no debía ceder, según las instrucciones dadas.
Según contaron los hermanos Murpy a CNN, la parte más dura de la terapia la vivía Kirk en casa, pues sus padres le daban fichas azules cuando presentaba un comportamiento masculino y rojas cuando sus reacciones eran femeninas. En el primer caso Kirk recibía premios como juguetes, dulces, etc., pero en el segundo caso era castigado con palizas que eran propinadas por su padre.
Sus hermanos recuerdan que Kirk quedaba paralizado después de las golpizas, sin embargo nunca mostró enojo con sus padres.
El tratamiento clínico de Kirk duró 10 meses, pero la familia dijo a CNN que algunas técnicas y prácticas del mismo duraron más tiempo en casa; los golpes por el número de 'fichas rojas' que acumulaba Kirk por su 'mal comportamiento' hacían cada vez más tensa la situación en la casa.
Las heridas de los castigos
Como suele pasar en estos casos, las heridas físicas eran lo de menos, de acuerdo con los hermanos de Kirk, las terapias lo dejaron totalmente destrozado y con la creencia de que era diferente a los demás.
Aunque es prácticamente imposible saber las verdaderas causas por las cuales Kirk tomó la decisión de quitarse la vida, su familia acusa a George A. Rekers de haber empleado una terapia que le destruyó la vida, aunque son solamente eso, acusaciones.
La madre de Kirk acepta que la experiencia por la que hicieron pasar a su hijo pudo haberlo orillado al suicidio: "Los culpo por la manera en que terminó su vida". "Si una persona causa la muerte de otra, no me importa si es 20 ó 50 años después, para mí es equivalente al asesinato", señaló.
Por su parte, Rekers dijo a CNN que luego de tantos años sería muy difícil comprobar que la terapia empleada en Kirk lo haya llevado al suicidio, además de que él como los padres del entonces niño, tenían la única intención de ayudarlo.
Por último, Maris, hermana de Kirk dijo que desea que su hermano sea recordado como una persona y no como un experimento científico.