20070406

QUE HORROR!

Las uniones entre gays son "nocivas" para la sociedad, los Estados no
están capacitados para legislar sobre esta materia ya que está más allá de
"los límites de su actividad legítima" y la pretensión de equiparar las
parejas de lesbianas y gays con el matrimonio es "infundada" dado el papel
que éste último desempeña a nivel social y los distintos "datos
biológicos" que configuran a hombres y mujeres. Así de rotundo se muestra
el Vaticano en un documento publicado por la Congregación para la Doctrina
de la Fe. En el informe se pide a los fieles que se opongan a los
matrimonios gays ejerciendo su "derecho de objeción de conciencia".

"Problema ético-político"

En su comentario a las "Consideraciones sobre los proyectos de
reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales",
elaborado por la Congregación, monseñor Angel Rodríguez Luño, un profesor
de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, ha afirmado que el objetivo
de su artículo es "ilustrar el problema ético-político que las uniones
entre gays plantean a los legisladores y gobernantes en diversas partes
del mundo". La petición de "reconocimiento legal" supone reclamar los
mismos derechos que se concede a los matrimonios heterosexuales, "lo que
no excluye la adopción de hijos", y viene motivada en ocasiones por
cuestiones "prácticas o de orden económico" pero otras veces se fundamenta
en "motivos de índole ideológico" más o menos radicales, según la Santa
Sede.

Algunos ciudadanos, legisladores y gobernantes consideran "razonable o
incluso un deber que la ley tome nota de ciertos fenómenos sociales, con
el fin de evitar que ningún ciudadano sea discriminado por su orientación
sexual o la libre asunción de formas de vida que no parecen nocivas para
terceras personas". El Vaticano considera justo que se dé la "relevancia
jurídica" que corresponda a las relaciones personales "que cada uno
establece libremente", siempre y cuando, como en el caso del matrimonio,
se "desempeñe una función esencial y multiforme en pro del bien común"
como por ejemplo la "supervivencia de la sociedad" o la "educación y
socialización de los hijos". Sin embargo, las uniones gays no pueden "ser
consideradas células fundamentales de la sociedad humana", y, por tanto
"la pretensión de equiparar o asimilar las uniones homosexuales y el
matrimonio es manifiestamente infundada".

Matrimonio= hombre y mujer

"Habiendo admitido que las uniones homosexuales no son idóneas para
realizar el papel social que, por la naturaleza misma de las cosas,
desempeña la unión matrimonial entre el hombre y la mujer, cabe
preguntarse si el Estado tiene espacio para crear legítimamente una o
diversas figuras de reconocimiento legal de las uniones gays", prosigue
monseñor Rodríguez en su reflexión, subrayando que "en términos generales
el Estado tiene legítima facultad para crear nuevas figuras legales o
modificar las ya existentes".

Sin embargo, el Vaticano subraya que el Estado "superaría los límites de
su actividad legítima" si "concediera un reconocimiento legal específico a
las uniones homosexuales" dado que existen "abundantes razones de orden
ético, biológico y antropológico, social y jurídico" que lo demuestran.
Además, el reconocimiento de estas uniones tendría como "consecuencia
inevitable" la "redefinición del matrimonio" –entendido como la unión de
heterosexuales- que ahora sería considerado "uno de los matrimonios
posibles" lo que supondría "un grave detrimento del bien común". La
Iglesia, que califica las uniones entre gays y lesbianas de "forma de vida
o de relación humana", considera que son una "actividad que no representa
una contribución significativa y productiva para el desarrollo de la
persona y de la sociedad" por lo que no pueden recibir del Estado "un
reconocimiento legal específico y cualificado".

Uniones nocivas

"Sin embargo, existen buenas razones para afirmar que estas uniones son
nocivas para el correcto desarrollo de la sociedad humana, sobre todo si
aumentara su presencia en el tejido social", añade al respecto la
Congregación para la Doctrina de la Fe en una de sus consideraciones. Este
aspecto nocivo de las uniones gays produce "un innegable daño a terceros y
a la sociedad en su conjunto". En este sentido, la Santa Sede opina que el
daño a terceros sería aún mayor si se autorizase a las parejas gays la
adopción de hijos ya que, "como demuestra la experiencia, la ausencia de
la bipolaridad sexual crea obstáculos para el desarrollo normal de los
niños". El Vaticano va incluso más lejos y considera que la adopción
supone "de hecho ejercer violencia sobre estos niños" y va en contra de
los derechos reconocidos por la Convención Internacional de la ONU sobre
los Derechos del Niño.

Por todo ello, el Vaticano cree que "no se puede afirmar que estos y otros
daños son justificables porque son necesarios para evitar que la pareja de
homosexuales se vea privada de los derechos comunes que tienen como
personas y como ciudadanos", y añde que sería "una gran injusticia" que
sacrificaría "el bien común y el derecho de familia" para conseguir algo
que "puede y debe ser garantizado por vías que no sean nocivas" para el
resto de la sociedad. "Un mal no se elimina con otro mal", subraya el
Vaticano. Por último, y dada la "intención" de Dios cuando creó a hombres
y mujeres, el Vaticano pide a sus fieles que "en presencia del
reconocimiento legal de las uniones gays, o de la equiparación legal de
éstas con el matrimonio con acceso a derechos que son propios sólo de éste
último, es un deber el oponerse de forma clara e incisiva". "Hay que
abstenerse de cualquier tipo de cooperación formal con la promulgación o
la aplicación de leyes tan gravemente injustas", y llegado el caso, "en
esta materia cada uno puede reivindicar el derecho a la objeción de
conciencia", concluye el documento.

1 Comentarios:

Anónimo dijo...

me encanta la forma que tienes de burlarte de las "opiniones del vaticano" estan tan obsoletas y ridiculas ,,,vaya

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